Todo eso y más, e incluso lo que no es ni existe pues no todo es lo que
parece y no todo lo que se ve es lo que forma el todo de todo cuanto nos rodea.
Quedaros con estas palabras, pues son el preludio de una docena de dagas que
lanzare contra vosotros. Se os clavaran por todo el cuerpo hasta que vuestra
carne se haga polvo y pasta con vuestra sangre. Y os las lanzare yo.
Imaginar, recordar o crear la sensación propia de cuando tu cuerpo contiene un exceso de estupefacientes y como de a la deriva te deja la blanca mano que hasta hacia cinco minutos te guiaba y libraba de todo demonio. Imagina, recuerda o crea como se corrompe tu interior hasta el punto de que la vida gira dando vueltas a tu alrededor sin tu poder controlarla mientras deseas que todo termine. En ese momento es cuando te levantas intentando que tus pasos conduzcan a algún sitio que tenga sentido para ti o que albergue un ápice de esperanza que mejore la guerra mundial que se libra en tu interior. Caminas hasta que te para la esquina más cercana. Te apoyas en la pared extendiendo tu brazo y agachas la cabeza porque sabes que vas a devolver y lo haces. Devuelves sin ningún tipo de control hasta que te caes al suelo encima de tu propio vomito tratando de no ahogarte ni por la pestilencia ni por el mar que poco a poco cubre tu cabeza a medida que sigues vomitando y viendo como se escapa de tu cuerpo el elixir y único fin de la vida.
Imaginar, recordar o crear la sensación propia de cuando tu cuerpo contiene un exceso de estupefacientes y como de a la deriva te deja la blanca mano que hasta hacia cinco minutos te guiaba y libraba de todo demonio. Imagina, recuerda o crea como se corrompe tu interior hasta el punto de que la vida gira dando vueltas a tu alrededor sin tu poder controlarla mientras deseas que todo termine. En ese momento es cuando te levantas intentando que tus pasos conduzcan a algún sitio que tenga sentido para ti o que albergue un ápice de esperanza que mejore la guerra mundial que se libra en tu interior. Caminas hasta que te para la esquina más cercana. Te apoyas en la pared extendiendo tu brazo y agachas la cabeza porque sabes que vas a devolver y lo haces. Devuelves sin ningún tipo de control hasta que te caes al suelo encima de tu propio vomito tratando de no ahogarte ni por la pestilencia ni por el mar que poco a poco cubre tu cabeza a medida que sigues vomitando y viendo como se escapa de tu cuerpo el elixir y único fin de la vida.
Soy el barco, la tormenta, el mar, las nubes cubriendo el sol y el miedo que
te devora. Soy el odio que lo mueve todo y soy peor que la muerte. Soy aquello
que nunca debió existir pero que sin embargo existe y te domina y controla. Soy
las miles de millones de palabras que formulas y que solo tu escuchas así como
aquellas que interesan ser escuchadas. Soy la ignorancia de todos aquellos que
te rodean y la tuya propia. Soy la soledad que te posee y la que tu invocas y
alabas. Soy las mentiras que formulas y las que te crees. Lo corrupción del
mundo, su decadencia, el horror que crea, la oscuridad. El instinto asesino y
hostil. Soy el sudor frío de terror que le cae al preso antes del juicio final.
Soy aquel que con tantos nombres se hace llamar y que traiciono al supremo
creador de la humanidad. Soy todas y cada una de las cosas malas, enfermas y
deterioras del mundo por las que los hombres tuercen su voluntad hacia el
camino incorrecto fruto de su débil condición moral. Soy el sentimiento de
rechazo y la sensación de asco que te subordina cuando te paras a pensar en lo
que eres. Y soy todo eso por tiempo limitado pues yo soy mi siervo y mi dueño
así como mi propio ente supremo.
Esto es una declaración de guerra contra el mundo pues ya nunca nadie más me
someterá, ni si quiera yo mismo. Aquí dejo escritas las pautas de conducta de
un sicario y lacayo del odio. Y no tendré que preocuparme porque vuestra
ignorancia hará el trabajo que yo no consiga hacer. Y si queréis un consejo, no
creáis nada de lo que digo pues todo es mentira, falso e innecesario. El ardid
de guerra que me otorgara la inmortalidad con la que andaré sobre vuestros
cadáveres cuando yo, desde mi oscura y abandonada percepción de la realidad,
consiga ver como vais muriendo por aquello que ya tantos profetas anunciaron. Y
ya hoy termino de cavar las trincheras desde las que me defiendo y en las que
moriré sepultado por la traición de la esencia que me forma. Y será en ese
momento cuando pueda agradecerle al mundo que le diera un único sentido a mi
vida y que guiase mis pasos siempre por el mismo sendero. Cando se me otorgue
la posibilidad de verme desde fuera y vea como de estúpido fui por atreverme a
perturbar la estabilidad. Pues al igual que la materia que ni se crea ni se
destruye, hay ciertas cosas que ni nacen ni se mueren. Y cuando su portador
pasa a la historia, aquello queda como recuerdo en el olvido.
Recapaciten, esto constituye un viaje de ida sin retorno, pues hace ya tiempo que me adentre en la mar con mi pequeña embarcación sin importarme el temporal.
Recapaciten, esto constituye un viaje de ida sin retorno, pues hace ya tiempo que me adentre en la mar con mi pequeña embarcación sin importarme el temporal.