sábado, 26 de noviembre de 2011

La vida y su desbordada belleza

Sí que lo haré. Veámosle el rostro. ¡El pariente de Mercutio, el conde Paris! Al tiempo de montar a caballo, ¿no oí, como entre sombras decir, a mi escudero, que iban a casarse Paris y Julieta? ¿Fue realidad o sueño? ¿O es que estaba yo loco y creí que me hablaban de Julieta? Tu nombre está escrito con el mío en el sangriento libro del destino. Triunfal sepulcro te espera. ¿Qué digo sepulcro? Morada de luz, pobre joven. Allí duerme Julieta, y ella basta para dar luz y hermosura al mausoleo. Yace tú a su lado: un muerto es quien te entierra. Cuando el moribundo se acerca al trance final, suele reanimarse, y a esto lo llaman el último destello. Esposa mía, amor mío, la muerte que ajó el néctar de tus labios, no ha podido vencer del todo tu hermosura. Todavía irradia en tus ojos y en tu semblante, donde aún no ha podido desplegar la muerte su odiosa bandera. Ahora quiero calmar la sombra de Teobaldo, que yace en ese sepulcro. La misma mano que cortó tu vida, va a cortar la de tu enemigo. Julieta, ¿por qué estás aún tan hermosa? ¿Será que el descarnado monstruo te ofrece sus amores y te quiere para su dama? Para impedirlo, dormiré contigo en esta sombría gruta de la noche, en compañía de esos gusanos, que son hoy tus únicas doncellas. Este será mi eterno reposo. Aquí descansará mi cuerpo, libre ¿de la fatídica ley de los astros. Recibe tú la última mirada de mis ojos, el último abrazo de mis brazos, el último beso de mis labios, puertas de la vida, que vienen a sellar mi eterno contrato con la muerte. Ven, áspero y vencedor piloto: mi nave, harta de combatir con las olas, quiere quebrantarse en los peñascos. Brindemos por mi dama. ¡Oh, cuán portentosos son los efectos de tu bálsamo, alquimista veraz! Así, con este beso... muero.

viernes, 25 de noviembre de 2011

La vida y su desbordada belleza

Yo aquí me quedaré. ¡Esposo mío¡ Mas ¿qué veo? Una copa tiene en las manos. Con veneno ha apresurado su muerte. ¡Cruel! no me dejó ni una gota que beber. Pero besaré tus labios que quizá contienen algún resabio del veneno. Él me matará y me salvará. (Le besa). Aún siento el calor de sus labios.

¿Donde está? Guiadme.

Siento pasos. Necesario es abreviar. (Coge el puñal de Romeo). ¡Dulce hierro, descansa en mi corazón, mientras yo muero!

sábado, 19 de noviembre de 2011

Fin

Tablones, llenos de palabras cargadas de connotaciones describiendo millones de cosas indescriptibles, que llegan a su fin completando el episodio con un quinto orden de números a recordar para siempre.
En el fondo, se que lo añorare, pero es lo que se ha de hacer pues en algún momento se ha de madurar.
Gracias.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Sentir bien este momento, pues será la última vez que tengáis oportunidad. Hay ciertas puertas que cuando se cierran, se cierran para siempre. Lo que ahora percibís es el aroma que movió el viento al cerrarse la puerta, que como todo, tiene segundos de vida.

Adios


Todo eso y más, e incluso lo que no es ni existe pues no todo es lo que parece y no todo lo que se ve es lo que forma el todo de todo cuanto nos rodea. Quedaros con estas palabras, pues son el preludio de una docena de dagas que lanzare contra vosotros. Se os clavaran por todo el cuerpo hasta que vuestra carne se haga polvo y pasta con vuestra sangre. Y os las lanzare yo.
Imaginar, recordar o crear la sensación propia de cuando tu cuerpo contiene un exceso de estupefacientes y como de a la deriva te deja la blanca mano que hasta hacia cinco minutos te guiaba y libraba de todo demonio. Imagina, recuerda o crea como se corrompe tu interior hasta el punto de que la vida gira dando vueltas a tu alrededor sin tu poder controlarla mientras deseas que todo termine. En ese momento es cuando te levantas intentando que tus pasos conduzcan a algún sitio que tenga sentido para ti o que albergue un ápice de esperanza que mejore la guerra mundial que se libra en tu interior. Caminas hasta que te para la esquina más cercana. Te apoyas en la pared extendiendo tu brazo y agachas la cabeza porque sabes que vas a devolver y lo haces. Devuelves sin ningún tipo de control hasta que te caes al suelo encima de tu propio vomito tratando de no ahogarte ni por la pestilencia ni por el mar que poco a poco cubre tu cabeza a medida que sigues vomitando y viendo como se escapa de tu cuerpo el elixir y único fin de la vida.

Soy el barco, la tormenta, el mar, las nubes cubriendo el sol y el miedo que te devora. Soy el odio que lo mueve todo y soy peor que la muerte. Soy aquello que nunca debió existir pero que sin embargo existe y te domina y controla. Soy las miles de millones de palabras que formulas y que solo tu escuchas así como aquellas que interesan ser escuchadas. Soy la ignorancia de todos aquellos que te rodean y la tuya propia. Soy la soledad que te posee y la que tu invocas y alabas. Soy las mentiras que formulas y las que te crees. Lo corrupción del mundo, su decadencia, el horror que crea, la oscuridad. El instinto asesino y hostil. Soy el sudor frío de terror que le cae al preso antes del juicio final. Soy aquel que con tantos nombres se hace llamar y que traiciono al supremo creador de la humanidad. Soy todas y cada una de las cosas malas, enfermas y deterioras del mundo por las que los hombres tuercen su voluntad hacia el camino incorrecto fruto de su débil condición moral. Soy el sentimiento de rechazo y la sensación de asco que te subordina cuando te paras a pensar en lo que eres. Y soy todo eso por tiempo limitado pues yo soy mi siervo y mi dueño así como mi propio ente supremo.

Esto es una declaración de guerra contra el mundo pues ya nunca nadie más me someterá, ni si quiera yo mismo. Aquí dejo escritas las pautas de conducta de un sicario y lacayo del odio. Y no tendré que preocuparme porque vuestra ignorancia hará el trabajo que yo no consiga hacer. Y si queréis un consejo, no creáis nada de lo que digo pues todo es mentira, falso e innecesario. El ardid de guerra que me otorgara la inmortalidad con la que andaré sobre vuestros cadáveres cuando yo, desde mi oscura y abandonada percepción de la realidad, consiga ver como vais muriendo por aquello que ya tantos profetas anunciaron. Y ya hoy termino de cavar las trincheras desde las que me defiendo y en las que moriré sepultado por la traición de la esencia que me forma. Y será en ese momento cuando pueda agradecerle al mundo que le diera un único sentido a mi vida y que guiase mis pasos siempre por el mismo sendero. Cando se me otorgue la posibilidad de verme desde fuera y vea como de estúpido fui por atreverme a perturbar la estabilidad. Pues al igual que la materia que ni se crea ni se destruye, hay ciertas cosas que ni nacen ni se mueren. Y cuando su portador pasa a la historia, aquello queda como recuerdo en el olvido.
Recapaciten, esto constituye un viaje de ida sin retorno, pues hace ya tiempo que me adentre en la mar con mi pequeña embarcación sin importarme el temporal.



jueves, 17 de noviembre de 2011

martes, 15 de noviembre de 2011

Crudo 13/04/2013

Soy como el crudo que está en el fondo del mar, hace años cuando nadie podía extraerlo. Soy la distancia que separa nuestro interior de la superficie. Y así será. Así será para siempre. Nunca evolucionará una civilización capaz de extraerlo. Se harán pintadas prehistóricas en mis paredes. Se harán hasta que la evolución deje de existir. Hasta que no haya evolución. Hasta que el hombre vuelva al mono y no pueda morir porque nunca existió.

lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Lo escuchais?
Es el sonido de las balas al entrar en mi ya vieja arma. Se acerca una nueva rafaga.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Quedaros con estas palabras, pues son el preludio de una docena de dagas que lanzare contra vosotros. Se os clavaran por todo el cuerpo hasta que vuestra carne se haga polvo y pasta con vuestra sangre. Y os las lanzare yo.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

sábado, 5 de noviembre de 2011

Siempre me ha gustado someter a mi voluntad ciertos utensilios con los que poder hablar para siempre y así dejar plasmada mi locura. El problema es cuando la locura deja de ser percibida como tal. En ese momento lo que se ha de hacer es disfrutar, tú mismo y en soledad, de dicha locura hasta que con los años sepas como hacer de lo cuerdo, locura para poder regalarla sin peligro.
Debido a esto, esto supone un adiós.

martes, 1 de noviembre de 2011

Ese punto en el que no sabes si lo que vives es la realidad o que la realidad es solo un desvarío de tu vida, Cuando tras mucho contemplar, no sabes si en realidad todo aquello a lo que llaman ficción en las películas, en los libros, en la música, en la pintura, escultura, la realidad de la naturaleza, cuando no sabes si todo eso es real. Siglos y siglos de evolución y seguimos escribiendo sobre los mismo reglones torcidos. Buscas en tu interior, buscas sin darte ningún tipo de tregua. Buscas hasta que tu cuerpo no puede más y al final lo que hay es lo que siempre hubo. En ese momento te preguntas si de verdad acabaste con ello y ahora apareció de nuevo o si en realidad siempre estuvo y te controló sin darte cuenta.
Es altamente volátil la mentalidad humana. Un día estas feliz y al día siguiente, tú haciendo uso de tu desmedido cinismo, de golpe decides ocultar el sol y arrancarles trozos de piel a los que te rodean para vivir en tu retomado mundo en sombras. Y sacas tu verdadera naturaleza y maldices mientras que sientes el placer que te ocasiona el no controlar palabra ni acto. Poder darle rienda suelta a tus pensamientos y emociones y sentir como te corrompen por dentro mientras que luchas por poder descargar un nuevo tipo de energía que ha nacido en tu interior.
Y se arrodilla ante ti, y elimina lo que separa tu desnudez de la realidad y saborea mientras te retuerces. Notas como se te endurece, como aumenta tu temperatura corporal y como empiezas a sudar. Se empieza a percibir poco a poco el aroma de un cuerpo desnudo lamiendo la subordinación de otro. Las piernas te empiezan a temblar y cierras los ojos. Extiendes tus manos y acoges su llamada mientras te dejas llevar. Profanas el nombre de Dios porque ya se apodero de ti. Repites su nombre sin fin mientras notas como llegas al éxtasis. Es en ese momento cuando no puedes evitar eyacular sin control. Eyaculas. Eyaculas sin parar. Y eyaculas...
Eyaculo odio sin medida, pues se percibe mi interior como el pozo de fango al que van a parar los residuos de todas las cañerías. Reposando tranquilo a la espera de que caigas en él para poder ahogarte y después quemar tus restos. Un todo recluido a palabras banas creadas por actos vacíos sin control que se escaparon del látigo de su dictador. Distribuyo odio entre mi sociedad pues todo está corrupto. Que al fin y al cabo como dijo una gran amiga, estamos hechos de la misma materia que los sueños, luego somos igual de inalcanzables. Pequeñas mentes, que crean grandes estigmas, recluidas en cuerpos inertes, inútiles y absurdos. Mentes inocentes que creen poder conseguir lo que no les es dado por naturaleza. Empeñados en luchar contra lo que no se puede ganar. Asumiendo la vida tal cual es únicamente cuando ya se tiene la espalda torcida producto del trabajo y los años. Una lucha sin sentido pues no hay opción a posible victoria mas que la victoria personal que se produce cuando asumes la derrota. Odio, pues solo bajo sus efectos comprendes las causas de millones de actos incomprendidos. Odio por todo pues sin querer violas, asesinas y desprecias la mano del que te alimenta. Odio porque es solo cuando odias cuando ardes por dentro al pasar los segundos como décadas esperando a que llegue lo que sabes que sucederá, Odio, pues solo con odio es cuando manejas los astros y sus consecuencias. Cuando tratas de ocultar lo que ni si quiera tiene forma. Creando día a día miles de imágenes con las que saciar su ignorancia y con las que poder actuar de acuerdo a tus principios. Desprendiéndote, segundo a segundo, de todo aquello que te caracteriza y que te hace humano. Viendo como ahora arrojas a ese pozo que tienes en el interior todos y cada uno de los tesoros que rescataste en tu ya muerta cruzada. Odio es tener que joderos únicamente con estas palabras por no ser capaz de escribir todo aquello que forma la realidad.
Después de todo eso, solo queda asearte, vestirte y crear, crear y crear.