Sí que lo haré. Veámosle el rostro. ¡El pariente de Mercutio, el conde
Paris! Al tiempo de montar a caballo, ¿no oí, como entre sombras decir, a
mi escudero, que iban a casarse Paris y Julieta? ¿Fue realidad o sueño?
¿O es que estaba yo loco y creí que me hablaban de Julieta? Tu nombre
está escrito con el mío en el sangriento libro del destino. Triunfal
sepulcro te espera. ¿Qué digo sepulcro? Morada de luz, pobre joven. Allí
duerme Julieta, y ella basta para dar luz y hermosura al mausoleo. Yace
tú a su lado: un muerto es quien te entierra. Cuando el moribundo se
acerca al trance final, suele reanimarse, y a esto lo llaman el último
destello. Esposa mía, amor mío, la muerte que ajó el néctar de tus
labios, no ha podido vencer del todo tu hermosura. Todavía irradia en
tus ojos y en tu semblante, donde aún no ha podido desplegar la muerte
su odiosa bandera. Ahora quiero calmar la sombra de Teobaldo, que yace
en ese sepulcro. La misma mano que cortó tu vida, va a cortar la de tu
enemigo. Julieta, ¿por qué estás aún tan hermosa? ¿Será que el
descarnado monstruo te ofrece sus amores y te quiere para su dama? Para
impedirlo, dormiré contigo en esta sombría gruta de la noche, en
compañía de esos gusanos, que son hoy tus únicas doncellas. Este será mi
eterno reposo. Aquí descansará mi cuerpo, libre ¿de la fatídica ley de
los astros. Recibe tú la última mirada de mis ojos, el último abrazo de
mis brazos, el último beso de mis labios, puertas de la vida, que vienen
a sellar mi eterno contrato con la muerte. Ven, áspero y vencedor
piloto: mi nave, harta de combatir con las olas, quiere quebrantarse en
los peñascos. Brindemos por mi dama. ¡Oh, cuán portentosos son los
efectos de tu bálsamo, alquimista veraz! Así, con este beso... muero.
sábado, 26 de noviembre de 2011
La vida y su desbordada belleza
Publicado por
Nebus
en
1:05:00
La vida y su desbordada belleza
2011-11-26T01:05:00+01:00
Nebus
Romeo y Julieta|William Shakespeare|
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viernes, 25 de noviembre de 2011
La vida y su desbordada belleza
Yo
aquí me quedaré. ¡Esposo mío¡ Mas ¿qué veo? Una copa tiene en las
manos. Con veneno ha apresurado su muerte. ¡Cruel! no me dejó ni una
gota que beber. Pero besaré tus labios que quizá contienen algún resabio
del veneno. Él me matará y me salvará. (Le besa). Aún siento el calor
de sus labios.
¿Donde está? Guiadme.
Siento pasos. Necesario es abreviar. (Coge el puñal de Romeo). ¡Dulce hierro, descansa en mi corazón, mientras yo muero!
¿Donde está? Guiadme.
Siento pasos. Necesario es abreviar. (Coge el puñal de Romeo). ¡Dulce hierro, descansa en mi corazón, mientras yo muero!
Publicado por
Nebus
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3:35:00
La vida y su desbordada belleza
2011-11-25T03:35:00+01:00
Nebus
Romeo y Julieta|William Shakespeare|
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William Shakespeare
sábado, 19 de noviembre de 2011
Fin
Tablones,
llenos de palabras cargadas de connotaciones describiendo millones de
cosas indescriptibles, que llegan a su fin completando el episodio con
un quinto orden de números a recordar para siempre.
En el fondo, se que lo añorare, pero es lo que se ha de hacer pues en algún momento se ha de madurar.
Gracias.
En el fondo, se que lo añorare, pero es lo que se ha de hacer pues en algún momento se ha de madurar.
Gracias.
viernes, 18 de noviembre de 2011
Sentir bien este momento, pues será la última vez que tengáis
oportunidad. Hay ciertas puertas que cuando se cierran, se cierran para
siempre. Lo que ahora percibís es el aroma que movió el viento al cerrarse la
puerta, que como todo, tiene segundos de vida.
Adios
Todo eso y más, e incluso lo que no es ni existe pues no todo es lo que
parece y no todo lo que se ve es lo que forma el todo de todo cuanto nos rodea.
Quedaros con estas palabras, pues son el preludio de una docena de dagas que
lanzare contra vosotros. Se os clavaran por todo el cuerpo hasta que vuestra
carne se haga polvo y pasta con vuestra sangre. Y os las lanzare yo.
Imaginar, recordar o crear la sensación propia de cuando tu cuerpo contiene un exceso de estupefacientes y como de a la deriva te deja la blanca mano que hasta hacia cinco minutos te guiaba y libraba de todo demonio. Imagina, recuerda o crea como se corrompe tu interior hasta el punto de que la vida gira dando vueltas a tu alrededor sin tu poder controlarla mientras deseas que todo termine. En ese momento es cuando te levantas intentando que tus pasos conduzcan a algún sitio que tenga sentido para ti o que albergue un ápice de esperanza que mejore la guerra mundial que se libra en tu interior. Caminas hasta que te para la esquina más cercana. Te apoyas en la pared extendiendo tu brazo y agachas la cabeza porque sabes que vas a devolver y lo haces. Devuelves sin ningún tipo de control hasta que te caes al suelo encima de tu propio vomito tratando de no ahogarte ni por la pestilencia ni por el mar que poco a poco cubre tu cabeza a medida que sigues vomitando y viendo como se escapa de tu cuerpo el elixir y único fin de la vida.
Imaginar, recordar o crear la sensación propia de cuando tu cuerpo contiene un exceso de estupefacientes y como de a la deriva te deja la blanca mano que hasta hacia cinco minutos te guiaba y libraba de todo demonio. Imagina, recuerda o crea como se corrompe tu interior hasta el punto de que la vida gira dando vueltas a tu alrededor sin tu poder controlarla mientras deseas que todo termine. En ese momento es cuando te levantas intentando que tus pasos conduzcan a algún sitio que tenga sentido para ti o que albergue un ápice de esperanza que mejore la guerra mundial que se libra en tu interior. Caminas hasta que te para la esquina más cercana. Te apoyas en la pared extendiendo tu brazo y agachas la cabeza porque sabes que vas a devolver y lo haces. Devuelves sin ningún tipo de control hasta que te caes al suelo encima de tu propio vomito tratando de no ahogarte ni por la pestilencia ni por el mar que poco a poco cubre tu cabeza a medida que sigues vomitando y viendo como se escapa de tu cuerpo el elixir y único fin de la vida.
Soy el barco, la tormenta, el mar, las nubes cubriendo el sol y el miedo que
te devora. Soy el odio que lo mueve todo y soy peor que la muerte. Soy aquello
que nunca debió existir pero que sin embargo existe y te domina y controla. Soy
las miles de millones de palabras que formulas y que solo tu escuchas así como
aquellas que interesan ser escuchadas. Soy la ignorancia de todos aquellos que
te rodean y la tuya propia. Soy la soledad que te posee y la que tu invocas y
alabas. Soy las mentiras que formulas y las que te crees. Lo corrupción del
mundo, su decadencia, el horror que crea, la oscuridad. El instinto asesino y
hostil. Soy el sudor frío de terror que le cae al preso antes del juicio final.
Soy aquel que con tantos nombres se hace llamar y que traiciono al supremo
creador de la humanidad. Soy todas y cada una de las cosas malas, enfermas y
deterioras del mundo por las que los hombres tuercen su voluntad hacia el
camino incorrecto fruto de su débil condición moral. Soy el sentimiento de
rechazo y la sensación de asco que te subordina cuando te paras a pensar en lo
que eres. Y soy todo eso por tiempo limitado pues yo soy mi siervo y mi dueño
así como mi propio ente supremo.
Esto es una declaración de guerra contra el mundo pues ya nunca nadie más me
someterá, ni si quiera yo mismo. Aquí dejo escritas las pautas de conducta de
un sicario y lacayo del odio. Y no tendré que preocuparme porque vuestra
ignorancia hará el trabajo que yo no consiga hacer. Y si queréis un consejo, no
creáis nada de lo que digo pues todo es mentira, falso e innecesario. El ardid
de guerra que me otorgara la inmortalidad con la que andaré sobre vuestros
cadáveres cuando yo, desde mi oscura y abandonada percepción de la realidad,
consiga ver como vais muriendo por aquello que ya tantos profetas anunciaron. Y
ya hoy termino de cavar las trincheras desde las que me defiendo y en las que
moriré sepultado por la traición de la esencia que me forma. Y será en ese
momento cuando pueda agradecerle al mundo que le diera un único sentido a mi
vida y que guiase mis pasos siempre por el mismo sendero. Cando se me otorgue
la posibilidad de verme desde fuera y vea como de estúpido fui por atreverme a
perturbar la estabilidad. Pues al igual que la materia que ni se crea ni se
destruye, hay ciertas cosas que ni nacen ni se mueren. Y cuando su portador
pasa a la historia, aquello queda como recuerdo en el olvido.
Recapaciten, esto constituye un viaje de ida sin retorno, pues hace ya tiempo que me adentre en la mar con mi pequeña embarcación sin importarme el temporal.
Recapaciten, esto constituye un viaje de ida sin retorno, pues hace ya tiempo que me adentre en la mar con mi pequeña embarcación sin importarme el temporal.
jueves, 17 de noviembre de 2011
Todo eso y más, e incluso lo que no es ni existe.
martes, 15 de noviembre de 2011
Crudo 13/04/2013
Soy como el crudo que está en el fondo del mar, hace años
cuando nadie podía extraerlo. Soy la distancia que separa nuestro interior de
la superficie. Y así será. Así será para siempre. Nunca evolucionará una civilización
capaz de extraerlo. Se harán pintadas prehistóricas en mis paredes. Se harán
hasta que la evolución deje de existir. Hasta que no haya evolución. Hasta que
el hombre vuelva al mono y no pueda morir porque nunca existió.
lunes, 14 de noviembre de 2011
jueves, 10 de noviembre de 2011
Quedaros con estas palabras, pues son el preludio de una docena de dagas
que lanzare contra vosotros. Se os clavaran por todo el cuerpo hasta
que vuestra carne se haga polvo y pasta con vuestra sangre. Y os las
lanzare yo.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
sábado, 5 de noviembre de 2011
Siempre me ha gustado someter a mi voluntad ciertos
utensilios con los que poder hablar para siempre y así dejar plasmada mi
locura. El problema es cuando la locura deja de ser percibida como tal. En ese
momento lo que se ha de hacer es disfrutar, tú mismo y en soledad, de dicha
locura hasta que con los años sepas como hacer de lo cuerdo, locura para poder
regalarla sin peligro.
Debido a esto, esto supone un adiós.
martes, 1 de noviembre de 2011
Ese punto en el que no sabes si lo que vives es la realidad
o que la realidad es solo un desvarío de tu vida, Cuando tras mucho contemplar,
no sabes si en realidad todo aquello a lo que llaman ficción en las películas,
en los libros, en la música, en la pintura, escultura, la realidad de la
naturaleza, cuando no sabes si todo eso es real. Siglos y siglos de evolución y
seguimos escribiendo sobre los mismo reglones torcidos. Buscas en tu interior,
buscas sin darte ningún tipo de tregua. Buscas hasta que tu cuerpo no puede más
y al final lo que hay es lo que siempre hubo. En ese momento te preguntas si de
verdad acabaste con ello y ahora apareció de nuevo o si en realidad siempre
estuvo y te controló sin darte cuenta.
Es altamente volátil la mentalidad humana. Un día estas feliz y al día siguiente, tú haciendo uso de tu desmedido cinismo, de golpe decides ocultar el sol y arrancarles trozos de piel a los que te rodean para vivir en tu retomado mundo en sombras. Y sacas tu verdadera naturaleza y maldices mientras que sientes el placer que te ocasiona el no controlar palabra ni acto. Poder darle rienda suelta a tus pensamientos y emociones y sentir como te corrompen por dentro mientras que luchas por poder descargar un nuevo tipo de energía que ha nacido en tu interior.
Y se arrodilla ante ti, y elimina lo que separa tu desnudez de la realidad y saborea mientras te retuerces. Notas como se te endurece, como aumenta tu temperatura corporal y como empiezas a sudar. Se empieza a percibir poco a poco el aroma de un cuerpo desnudo lamiendo la subordinación de otro. Las piernas te empiezan a temblar y cierras los ojos. Extiendes tus manos y acoges su llamada mientras te dejas llevar. Profanas el nombre de Dios porque ya se apodero de ti. Repites su nombre sin fin mientras notas como llegas al éxtasis. Es en ese momento cuando no puedes evitar eyacular sin control. Eyaculas. Eyaculas sin parar. Y eyaculas...
Eyaculo odio sin medida, pues se percibe mi interior como el pozo de fango al que van a parar los residuos de todas las cañerías. Reposando tranquilo a la espera de que caigas en él para poder ahogarte y después quemar tus restos. Un todo recluido a palabras banas creadas por actos vacíos sin control que se escaparon del látigo de su dictador. Distribuyo odio entre mi sociedad pues todo está corrupto. Que al fin y al cabo como dijo una gran amiga, estamos hechos de la misma materia que los sueños, luego somos igual de inalcanzables. Pequeñas mentes, que crean grandes estigmas, recluidas en cuerpos inertes, inútiles y absurdos. Mentes inocentes que creen poder conseguir lo que no les es dado por naturaleza. Empeñados en luchar contra lo que no se puede ganar. Asumiendo la vida tal cual es únicamente cuando ya se tiene la espalda torcida producto del trabajo y los años. Una lucha sin sentido pues no hay opción a posible victoria mas que la victoria personal que se produce cuando asumes la derrota. Odio, pues solo bajo sus efectos comprendes las causas de millones de actos incomprendidos. Odio por todo pues sin querer violas, asesinas y desprecias la mano del que te alimenta. Odio porque es solo cuando odias cuando ardes por dentro al pasar los segundos como décadas esperando a que llegue lo que sabes que sucederá, Odio, pues solo con odio es cuando manejas los astros y sus consecuencias. Cuando tratas de ocultar lo que ni si quiera tiene forma. Creando día a día miles de imágenes con las que saciar su ignorancia y con las que poder actuar de acuerdo a tus principios. Desprendiéndote, segundo a segundo, de todo aquello que te caracteriza y que te hace humano. Viendo como ahora arrojas a ese pozo que tienes en el interior todos y cada uno de los tesoros que rescataste en tu ya muerta cruzada. Odio es tener que joderos únicamente con estas palabras por no ser capaz de escribir todo aquello que forma la realidad.
Después de todo eso, solo queda asearte, vestirte y crear, crear y crear.
Es altamente volátil la mentalidad humana. Un día estas feliz y al día siguiente, tú haciendo uso de tu desmedido cinismo, de golpe decides ocultar el sol y arrancarles trozos de piel a los que te rodean para vivir en tu retomado mundo en sombras. Y sacas tu verdadera naturaleza y maldices mientras que sientes el placer que te ocasiona el no controlar palabra ni acto. Poder darle rienda suelta a tus pensamientos y emociones y sentir como te corrompen por dentro mientras que luchas por poder descargar un nuevo tipo de energía que ha nacido en tu interior.
Y se arrodilla ante ti, y elimina lo que separa tu desnudez de la realidad y saborea mientras te retuerces. Notas como se te endurece, como aumenta tu temperatura corporal y como empiezas a sudar. Se empieza a percibir poco a poco el aroma de un cuerpo desnudo lamiendo la subordinación de otro. Las piernas te empiezan a temblar y cierras los ojos. Extiendes tus manos y acoges su llamada mientras te dejas llevar. Profanas el nombre de Dios porque ya se apodero de ti. Repites su nombre sin fin mientras notas como llegas al éxtasis. Es en ese momento cuando no puedes evitar eyacular sin control. Eyaculas. Eyaculas sin parar. Y eyaculas...
Eyaculo odio sin medida, pues se percibe mi interior como el pozo de fango al que van a parar los residuos de todas las cañerías. Reposando tranquilo a la espera de que caigas en él para poder ahogarte y después quemar tus restos. Un todo recluido a palabras banas creadas por actos vacíos sin control que se escaparon del látigo de su dictador. Distribuyo odio entre mi sociedad pues todo está corrupto. Que al fin y al cabo como dijo una gran amiga, estamos hechos de la misma materia que los sueños, luego somos igual de inalcanzables. Pequeñas mentes, que crean grandes estigmas, recluidas en cuerpos inertes, inútiles y absurdos. Mentes inocentes que creen poder conseguir lo que no les es dado por naturaleza. Empeñados en luchar contra lo que no se puede ganar. Asumiendo la vida tal cual es únicamente cuando ya se tiene la espalda torcida producto del trabajo y los años. Una lucha sin sentido pues no hay opción a posible victoria mas que la victoria personal que se produce cuando asumes la derrota. Odio, pues solo bajo sus efectos comprendes las causas de millones de actos incomprendidos. Odio por todo pues sin querer violas, asesinas y desprecias la mano del que te alimenta. Odio porque es solo cuando odias cuando ardes por dentro al pasar los segundos como décadas esperando a que llegue lo que sabes que sucederá, Odio, pues solo con odio es cuando manejas los astros y sus consecuencias. Cuando tratas de ocultar lo que ni si quiera tiene forma. Creando día a día miles de imágenes con las que saciar su ignorancia y con las que poder actuar de acuerdo a tus principios. Desprendiéndote, segundo a segundo, de todo aquello que te caracteriza y que te hace humano. Viendo como ahora arrojas a ese pozo que tienes en el interior todos y cada uno de los tesoros que rescataste en tu ya muerta cruzada. Odio es tener que joderos únicamente con estas palabras por no ser capaz de escribir todo aquello que forma la realidad.
Después de todo eso, solo queda asearte, vestirte y crear, crear y crear.
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