viernes, 5 de agosto de 2011

Dormir



 Monstruo, despierta y vive como un zombie, es tu hora. La muerte te saluda.

I


- Monstruo, despierta y vive como un zombie, es tu hora. La muerte te saluda.
-¿Disculpa?... ¿Y tu quien se supone que eres?, ¿La muerte? Hahaha, disculpa que me ría en tu cara. Dime pequeña, ¿que sabes tu de la vida?. tu que lo único que sabes hacer es quitarla. Dime, ¿cuántas veces has sentido algo por ínfimo que sea?, ¿Se supone que me debo arrodillar ante ti?. Mira, tengo veinte años y he vivido cientos de vidas. Ha habido mañanas en mi vida en las que los únicos sentimientos que existían en mi interior eran los de odio, de ira, de desesperación y de angustia. Sentimientos como el miedo, la cólera, la indignación, la vergüenza y la venganza. Mañanas en las que lo único que podía ver era la decadencia de esto que llamamos humanidad y vida. Como la codicia, la envidia, el poder y el egoísmo se follaban lo único que nos hacia diferentes a los animales. Como cada uno en su infinito desprecio por la belleza circundante se convierte, de forma discreta, en las mismas bestias que nosotros mismos encerramos y procuramos destruir, y sin embargo nos dejamos vivir a nosotros mismos.
¿Que credibilidad tiene el mundo?, ¿qué credibilidad podemos otorgarle a todo cuanto nos rodea, si ese todo está dirigido por manos ensangrentadas? Las mimas manos que nosotros hemos decidido poner al mando son las que crean la vida que nos obligan a vivir. Las que roban nuestras mentes para violarlas y reescribirlas y gozar de más lacayos en sus filas.
Ha habido mañanas en las que lo único que he deseado a sido crear la vida que se mueren por tener para así llegar al poder, a mi poder. Ser lo que siempre desearon que fuera para teniendo el poder, ejecutarlo y erradicar todo signo de vida. Reducir el mundo a cero. Desde los altos órganos de gobierno político y moral, hasta la mas ínfima muestra de vida y libertad. Y ver así el mundo sumido en caos y soledad. Poder levantarme como cualquier otra mañana, oliendo el putrefacto aroma de cientos de cadáveres apelotonados un sus microscópicos espacios vitales. Vestirme y salir y tener que ir sorteando los escombros de los pilares de los edificios derruidos. Sorteando los charcos de sangre así como los millares de cuerpos en descomposición y poder caminar. Caminar hasta que el sol explote y nuestro sistema solar desaparezca del mapa. Caminar hasta que no pueda mas y una vez que mis músculos no me respondan subirme a un escenario y disfrutar. Disfrutar como nunca nadie me permitió. Tocar y tocar y tocar, ensayar sin parar. Y convertirme así en uno más de la piara. Y cuando el fuego interior desaparezca volarme la cabeza con el arma de algún agente de la autoridad que encuentre por las cercanías.
Y después de sentir esto, ¿qué crees que se experimenta?... Miedo a caer en la resinación y morir para resucitar como un ente moribundo y sin dirección. Es en este momento cuando al haber visto el mundo tal cual es decides odiarlo como si no hubiese mañana. Cuando nada te liga a la realidad y lo único que sabes hacer es odiar y estar en soledad. Ese momento en el que aparece el silencio y repara todo error del pasado. Cuando poco a poco el silencio se apodera de la paz de tu alma y besa tu corazón. Cuando la realidad, muerta, deja de existir para ti. Cuando tú, como persona que eres, vuelves a fallar y te das cuenta de que el silencio no es más que la ausencia de sonido y como tal algo pasajero.
Entonces te preguntas que queda, y te lo preguntas una y otra vez intentando darle un sentido a todo. Disfrazas todo cuanto eres con una máscara llamada consumo, que no hace más que alimentar tu cinismo. Y te preguntas por qué sigues caminando y te das cuenta de que lo haces por aquello que nunca morirá en tu mente. Te das cuenta de que existió un silencio y que le debes respeto para siempre... y es en ese momento cuando te das cuenta de que ya has liberado todo el poder que pretendiste alcanzar, te das cuenta de que estas sorteando los escombros de los pilares de los edificios caídos así como los millares de cadáveres y de que lo único que queda es caminar.
¿Que me vas a contar a mi?, ¿por qué usas esa inútil retorica conmigo? "Monstruo, despierta y vive como un zombie, es tu hora. La muerte te saluda."... ¿De qué vas? Mira, yo he tocado las puertas del cielo y al hacerlo pude experimentar el verdadero sentido de la vida. ¿Acaso crees que todo lo que me rodea sirve para algo?, ¿acaso crees que le tengo apego a algo?, ¿de verdad piensas que puedes conmigo?
Que nací y viví solo y solo voy a morir. Que no valoro nada de lo que está vida me ofrece, pues he visto y afrontado el dolor como nadie lo ha hecho. Y que no te llevas tu mi vida sino que me la quito yo y la escondo por ahí para que nunca nadie la encuentre, para que sea mía para siempre.