Uno de los errores más comunes de la sociedad es el de no
apreciar los defectos y fallos propios. El de atribuirle el pecado a otro para
intentar aliviar el dolor. El de no reconocer la realidad tal cual se te
presenta.
En mi caso, además, el de esperar más de ciertas partes de
la vida, y el de darle una importancia más grande de la que en realidad se
merecen.
Como dijo una querida amiga, se ha de ser un poco egoísta en
la vida. Es por ello que os comunico que al igual que solo hace falta la
existencia de un Dios para condenar a una humanidad, solo hace falta la
existencia de un necio para condenar a todos por igual.
Debido a ello os comunico que estáis todos muertos.
Literalmente os digo que habéis perdido todas vuestras oportunidades. No me
interesa nada de vosotros. Ojo por ojo, diente por diente.
Ese soy yo, el hijo de puta.