miércoles, 12 de septiembre de 2012

Asco


Uno de los errores más comunes de la sociedad es el de no apreciar los defectos y fallos propios. El de atribuirle el pecado a otro para intentar aliviar el dolor. El de no reconocer la realidad tal cual se te presenta.
En mi caso, además, el de esperar más de ciertas partes de la vida, y el de darle una importancia más grande de la que en realidad se merecen.

Como dijo una querida amiga, se ha de ser un poco egoísta en la vida. Es por ello que os comunico que al igual que solo hace falta la existencia de un Dios para condenar a una humanidad, solo hace falta la existencia de un necio para condenar a todos por igual.
Debido a ello os comunico que estáis todos muertos. Literalmente os digo que habéis perdido todas vuestras oportunidades. No me interesa nada de vosotros. Ojo por ojo, diente por diente.

Ese soy yo, el hijo de puta.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Repulsión


Traten de imaginar un grito desesperado producto del deseo de alguien por lograr algo que no tiene. Traten de imaginar cuan desgarrador es ese grito y hasta que punto se degrada el cuerpo de quien lo produce. Pensar por un momento la situación limite que vive ese pobre esclavo cegado por la desmesurada atracción que siente por su deseo. Hasta que punto vive subordinado a esa necesidad, que la propia bestia de la que huye torna su rechazo en excitación y lascivia dejando en su interior ni un ápice de lo que era.

Le doblega. Le hace su perro y juega con él a su antojo. Le tira la pelota y la recibe para no parar nunca. Crea una monstruosa dependencia en él. Juguetea por sus venas como el fluir del agua entre las grietas de un desierto. Le hace temer lo que debería amar, y amar lo que debería odiar.

Traten de imaginar una vida sin una sociedad a la que odiar.